martes, 11 de septiembre de 2012

Despedida

Al igual que en las películas románticas, la despedida del Camino de Santiago, debía ser especial.
Debía ser entre las 23.00 y las 23.30, una hora rara para nosotros en todo este camino, a que sobre las 22.00 ya estábamos durmiendo; El lugar, la Plaza del Obradoiro; la banda sonora la ponían un grupo de unos 50 portugueses cantando canciones de la tuna frente al edificio de la Presidencia de la Xunta, en la misma plaza; la escena, personas sin ninguna relación previa, unidos por el Camino; personas que nunca antes se encontrarían o tendrían nada en común, en este instante se necesitaban mutuamente, personas que se despedían, sabiendo que quizás la vida nunca les volvería a encontrar. Y justo en este momento, Galicia, nos ofrece por primera y única vez, algo que nos había negado durante tanto tiempo, la lluvia. Casi como una escena teatral, sin público presente, sólo la pétrea fachada de la Catedral y una tenue luz que la ilumina, la lluvia hace acto de presencia, en el momento en el que los sentimientos afloran, Galicia llora nuestra partida, el Camino se acaba.

No debe haber forma más triste y más bella de terminar un camino, y empezar otro.

lunes, 10 de septiembre de 2012

El Gato Negro

El Gato Negro, es un lugar mítico en Santiago. Ya me lo recomendaron antes de salir, entre los lugares donde debía ir, por lo que estaba apuntado en la lista. no faltó mucho tiempo hasta que otros de nuestros compañeros de viaje, Alejandro, Fernando y Diego nos hicieron el comentario de quedar allí para comer. Finalmente, no les encontramos, por lo que nos hicimos un hueco en la barra, algo casi imposible, y pedimos algo suave: pimientos de padrón y empanadas y de beber, ribeiro de la casa, todo un lujo. allí nos encontramos a nuestros paisanos que encontramos en el albergue de Calvor, y no supimos nada de ellos, salvo que se quedarían en al albergue de Mercadoiro, hace ya algunos días.

Después de la comida, dando alguna que otra vuelta, coincidimos con los muchachos y esta vez sí, quedamos para cenar y para hacer el París-Dakar, esto es, empezar tomando vinos en el Bar París, y terminar en el Bar Dakar, pasando por todos los locales intermedios.



Una siesta profunda y una ducha reconfortante en el albergue, en el que ahora teníamos sólo a Diego de compañero, ya que no quedaban más camas, y a las 19.00 quedamos para tomar unas cervezas. Esta vez, sí que conseguimos mesa en el Gato Negro, y os comento que se come de lujo....el precio, es acorde a los precios de la capital Galega, quizá un poquito menos caro, pero de calidad exquisita. El aspecto del local, no es el que uno pueda esperar, hay que decir que es un local con mucha historia, y lo dejamos ahí, y en cuanto a la simpatía del personal, pues eso, el estándar gallego, pero igualmente, es un sitio donde se debe ir.



Para cenar, de todo: mejillones al vapor y en escabeche caseros, almejas, pulpo, pimientos, empanada....y ribeiro, mucho ribeiro.



Después de unas cervezas en otros bares, la noche toca a su fin. Mañana partimos de regreso.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Décima etapa

Llegada
Nos cuentan unos peregrinos por la noche en el Monte do Gozo que los primeros 10 peregrinos que entran en la oficina del peregrino, dicen su nombre en la misa, y que además, les invitan a una cena en el Parador Nacional de Santiago, por lo que se nos afilan los colmillos y a las 22.00 estamos en la cama. Hora de salida, las 5.30 para estar a las 6.30 en la oficina. Sólo una hora nos separa de la Capital Galega y un poco más tarde de lo calculado, nos presentamos en la oficina, pero no somos los primeros, ya hay dos chicos húngaros que parecen haber pasado la noche ahí.
Mientras hago cola, Ginés se acerca a hacer fotos, y luego viene mi turno. Es la hora, la Catedral de Santiago y la Plaza del Obradoiro, el km 0 del Camino se muestra ante nosotros.


Mientras hacemos cola, nos turnamos para estirar las piernas, con estas, entro un par de veces en la Catedral, y veo el acceso al sepulcro del Apóstol aún cerrado, no es la hora aún, pero con disimulo, viendo que nadie en este momento mira, me deslizo hacia el interior, bajando las escaleras para apreciar la urna de (aparentemente) plata que contiene los restos del Apóstol.
Llegan las 9.00 y abren la oficina, entramos a solicitar la Compostela, que según nos dicen, hay dos modelos, la cultural o la religiosa cond diferentes formatos. Nosotros pedimos la religiosa, que viene en latín, para lo cual, traducen los nombres de pila al mismo. Compramos el tubo para protegerla (1€) y me pido otra credencial por si me animo a hacer el camino otra vez.
Al salir, me dice Ginés, que le ha costado su Compostela 3€, con lo cual asombrado, le pregunto que por qué, que a mi me había salido gratis; me dice que a la entrada, había un cartel grande que ponía "donativos de 1 o 2€" y que encima de los mostradores donde la recoges, había huchas para este fin. En ese momento, me doy cuenta de que ni había reparado en ello y deben haber pensado que soy un tacañón. Me siento avergonzado por momentos, aunque ya no hay vuelta atrás.
Dejamos las mochilas en la consigna de la oficina, pagando el euro correspondiente, y nos lanzamos Parador a preguntar. Efectivamente, hay desayuno, comida y cena gratis para los 10 primeros que enseñen antes de cada uno de ellos, la Compostela. Pues cuando llegamos, ya han pasado los 10, así que tenemos que ir a otro sitio.
Aprovechamos para ver la Catedral y por fin llegar a abrazar al Apóstol y pedirle nuestros deseos
Llegan las 12.00, y tenemos nuestro sitio en la Catedral para la misa del peregrino, donde veremos el Botafumeiro y escucharemos nuestros nombres.........pues nada! Ni nombres ni nada. Nos hemos dado el madrugón para nada. "Eso te pasa por no dejar donativo por la Compostela y por colarte en la cripta" me espeta Ginés.


Salimos de la misa para buscar un albergue en el que no tengamos hora de entrada y así poder sacar la mochila de la consigna y poder dejarla allí. Finalmente lo encontramos cerca de la Catedral.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Novena etapa

Como dejábamos prever ayer, finalmente hoy hemos dado el último estirón. Ayer, después de llamar para cambiar los billetes de autobús y que nos confirmasen el cambio, pensamos doblar la última etapa, y saltarnos la pernocta en O Pedrouzo; nos encontramos bien físicamente, y llegamos fuertes a los finales de etapas, siendo regla general, que nuestra llegada al albergue es temprana no habiendo tenido nunca problemas de plazas. Calculamos kilómetros hasta Monte do Gozo, y nos salen un poco más de 30, por lo que vanos a adelantar la salida una hora, y almorzar con lo que llevamos para ahorrar tiempo y dinero.
La noche en el albergue no es tranquila como pensábamos ya que los chavales no dejan de hablar y reír siendo la 23.30 cuando puedo dormir finalmente, y a las 4.50h ya está tocando el despertador. A las 5.30 salimos del albergue y nos ponemos n marcha. No se ve nada; el bosque es cerrado, apenas pasa el aire y mucho menos la luz; nos cuesta encontrar las señales por momentos y los ruidos nos estremecen, cada gato o pájaro que se mueve alimenta en nuestro subconsciente las historias de Meigas. El primer pueblo no tarda en aparecer, aunque a esta hora, todos duermen. Debemos esperar al siguiente, Calle, donde un tendero Galego de verdad nos atiende muy amablemente. Al salir, casi confundimos el camino y un señor nos lo indica, nos dice que va a faenar, y eso aparenta, puesto que a con su hoz y su garrafa de agua. Nos dice que el campo está muy mal, que apenas hay trabajo. Nos acompaña durante tres kilómetros; "nos viene bien" le digo, "así nos protege si vienen lobos" bromeo con él; "lobos hay aquí, si" me dice en su castellano casi incomprensible. Ahora agradecemos que salga la luz...
Mientras todo esto ocurre, no encontramos ni una fuente, y si aparece cual espejismo, esta rota o no funciona, por lo que debemos parar en algún bar a comprar agua y en el primero que paramos, vemos a Pedro, el chico de Braga, el primero que conocimos en el Camino, que pensábamos que estaría detrás, y ahora aparecía ante nosotros, indicándonos que había adelantado y que hoy llegaba a Santiago.
Aceleramos, ya que el día es caluroso y cuanto más tardemos, peor lo vamos a pasar, no por las plazas en el albergue ya que cuenta con 400 y mucha gente terminará en Santiago. Llegamos pronto a O Pedrouzo, tanto, que todavía venos gente saliendo del mismo para empezar su etapa; salimos del camino para internarnos en el pueblo y sellar en la Casa del Concello.
Retomamos la senda, con más fuerza que nunca, estamos en la última etapa de muchos, y para nosotros es como si lo fuera.


Los últimos 15km son terroríficos, el calor muy fuerte y tenemos que hidratarnos constantemente, rodeamos el aeropuerto de Santiago casi sin apreciarlo y continuamos llegando a las oficinas centrales de la Televisión Galega. En unos minutos aparece ante nosotros las de RTVE y aparecen las primeras señales que indican el Monte do Gozo.


Cruzamos San Marcos y la gran entrada al albergue es realmente satisfactoria. Entramos en el albergue a las 13.30h y al comprobar los kilómetros reales, indican 39km, en 8h. Nos lo hemos merecido!


Se acaba nuestro viaje....

jueves, 6 de septiembre de 2012

Pulperia Ezequiel. Melide

Parada obligatoria.
Así, cuando me reuní con Ginés hace ya un mes, al preguntarle en que sitio debíamos parar a comer que estuviese bien, no lo dudó, "cuando lleguéis a Melide, ir a pulperia Ezequiel" y este comentario, se ha repetido durante días en diversas personas que han hecho el Camino alguna vez; y así lo hemos hecho, aunque la hora no acompañase. Más que una comida, hemos hecho el típico almuerzo, cambiando las tostadas por el pulpo y el café con leche por una botella de Ribeiro de casa desconocida.
De esta forma, un plato de pulpo sin cachelos por 6,50€ y la botella de blanco por 4,50€ con dos chupitos de cortesía, son un desayuno perfecto, y os como muestra un botón!


Octava etapa

Etapa rompepiernas, es lo que nos dicen antes de salir en esta etapa. Sabemos que queremos llegar a Arzua, pero con el día que ganamos, tenemos algo de margen, por lo que si finalmente nos vemos muy agotados, pararemos en algún albergue antes.
En el albergue, la habitación es pequeña y casi todos nos conocemos,. Venimos desde lejos y eso se nota, por eso nos acostamos pronto y a las 6.00 estamos en pie. Esta mañana el desayuno es en albergue, ya que ayer compramos algo, y a las 6.30 empezamos a caminar. No se ve nada, así que continuamos con nuestras linternas, pero pese a no haber salido el sol, no hace frío ninguno, es más, tenemos que quitarnos las chaquetas pronto.
Es un camino cómodo, el terreno está ligeramente humedecido y las pisadas son blandas, aunque esto dura poco; algunos tramos por asfalto se hacen dios con el calor que está haciendo en Galicia.
No tardamos mucho en entrar en A Coruña, como tampoco tarda en aparecer el dolor en la rodilla. Gines, se mantiene impasible, incluso se siente cómodo en este momento.


Pronto, sobre las 9.45, aparecemos en Melide, y nos encontramos con pulperia Ezquiel con las ollas funcionando; parada obligatoria. Tras un buen almuerzo, continuamos la marcha y nos topamos con el km 50


El dolor, va desapareciendo a la vez que el el calor va entrando poco a poco inyectado por constantes subidas y bajadas desabrigadas de árboles, la etapa se hace dura, y el fin no se anticipa aún, puesto que los 28,8km la hacen una de las más largas. Sin embargo, la provincia de A Coruña, parece cuidar más algunos detalles que la de Lugo, de esta forma, encontramos más fuentes funcionando e incluso podemos sellar en una parroquia, en la de Santiago de Boente.


Seguimos las duras subidas, saludando a todo aquel con quien nos cruzamos, independientemente de su procedencia, aunque no todos seamos iguales!


Ya estamos cerca del final, y pensamos que podemos llegar finalmente a Arzua, tierra del queso Arzua-Ulloa, sin necesidad de pernoctar antes. Un ultimo estirón, nos permite llegar a los metros finales , bajo el duro sol. Llegamos al albergue sobre las 13.30h y por el tipo de gente que hay, y lo que hemos visto esta tarde, no parece el más tranquilo de todos, todo lo contrario, se han unido en este punto los que vienen del Camino del Norte, y parece que allí, está bien visto molestar y hacer fiestas en los albergues. Esperamos pasar buena noche y descansar, si todo va bien.

Mañana, estamos pensando en una alternativa que ya os contaremos.



miércoles, 5 de septiembre de 2012

Séptima etapa

Obvio y previsible.
El albergue de Portomarín, no deja de ser un reflejo de lo que nos hemos encontrado fuera, gente que comienza el camino y se encuentra con su primer albergue, a lo sumo el segundo, sin comprender el funcionamiento del peregrino que nosotros asimilamos en Foncebadón al ver al resto y que hemos ido puliendo en el Camino; de esta forma, no se entiende que el de la cama de al lado te despierte para que le ayudes a poner las sábanas a las 23.00 o que grupos de gente comparta comentarios y risas a deshoras, es muy importante el respeto y la educación. Este pensamiento es compartido con el resto de peregrinos con los que hablamos ayer, tanto nacionales como internacionales; en este punto, se sabe quien lleva kilómetros a la espalda, y siempre da gusto escuchar sus vivencias.
Ante tal panorama, pese a que la etapa es corta, nos levantamos a las 6.00 para salir a las 6.30 evitando a las masas y pensando en desayunar en el primer pueblo que encontremos y que no llega hasta pasada una hora y media. Es un albergue en una aldea donde nos atienden de forma maravillosa y nos hace pensar que no es necesario hacer noche en el pueblo más grande para sentirse cómodo.
La mañana no es fría, y apenas nos encontramos niebla; el sol nos saluda durante el desayuno, estando el cielo despejado y ya son varios días, esperando que siga así lo que nos queda de aventura.


Las articulaciones resentidas, se toman un respiro en esta etapa casi llana y que discurre en su mayoría por caminos cómodos de tierra y hoy si que se puede disfrutar del paisaje, no se ve rastro de las muchedumbres de ayer y vamos recortando kilómetros al ritmo que nos vamos quitando mojones cada 500m.


Seguimos buscando en las aldeas alguna parroquia donde poder sellar nuestra credencial, pero se antoja imposible. No hemos sido capaces de encontrar ninguna parroquia abierta desde que entramos en Galicia, y en el día de hoy, realizamos 4 desvíos a aldeas para encontrarlas sin o tener recompensa; por el contrario, en los albergues que no estaban cerrados (dos solo) nos indican que sólo serán a quien pernocta en ellos. En el ultimo albergue en el que lo intentamos, antes de llegar a Palas de Rei, preguntamos que debemos hacer ya que no encontramos donde sellar, y nos dicen que esta norma es solo aplicable a los que empiezan andando en Sarria y n bici en Ponferrada, que para nosotros con sellar en albergue donde dormimos y que las parroquias de las aldeas están cerradas, que sellemos en la Iglesia de los pueblos grandes o ciudades como Sarria, Portomarín, etc.
Con estas, llegamos a las 12.30 al albergue siendo los primeros y esperando pacientemente la apertura de las 13.00, vemos a nuestros amigos de Portugalete de los que nos despedimos finalmente hasta otra aventura.
Hoy, el albergue municipal muy bien, limpio, con habitaciones pequeñas y el aseo unisex en la habitación. Hoy por estar tan cerca ya, decidimos darnos el lujo de poner la lavadora antes de ir a comer. Ya estamos en Palas de Rei

Para comer, un menú del día, y los lujos que tiene Galicia, pedimos pulpo a feira.
La tarde pasa apaciblemente después de una breve siesta y a la hora de cenar, estrenamos nuestra primera botella de ribeiro.

Mañana, nos espera el famoso pulpo en Melide, en la pulpería Ezequiel, y final de etapa en Arzúa.