Hoy ha sido la etapa más dura de todas y para mi la más bonita.
Hemos dejado atrás los viñedos castellano y hemos comenzado la montaña gallega con su clima Atlántico, y vaya si hacia frío!
Comenzamos levantándonos a las 4.50 para empezar muy temprano y que no nos pille el calor, ya que prevemos una etapa de 8 h. Después de un desayuno rápido en el albergue con lo que compramos ayer, salimos del albergue antes de las 6.00 con tres irlandeses y 4 personas de Bilbao, menuda mezcla. En la misma Villafranca, los irlandeses deciden seguir por la variante que pasa a través del bosque, cosa que pensamos hacer, pero de noche, no merece la pena ya que nos se aprecia nada. Continuamos con los 4 peregrinos de Portugalete, 3 de ellos de nuestra edad más o menos, y seguimos un ritmo bueno, y la conversación y los chistes mitigan el frío mañanero. De esta forma, pasamos Pereje casi sin inmutarnos, y en Trabadelo paramos a tomar un café caliente. Continuamos con el mismo ritmo paralelos al río Vlacarce, hasta que paramos en un banco a almorzar en en Vega de Valcarce, un poco antes de empezar la subida. en este punto nos quedamos solos y hasta pasar la Herrería todo el camino es suave.
Ahora viene lo bueno.
Nos ponemos en dirección la Faba, por una carretera con mucha mucha pendiente, de vez en cuando, nos da u respiro y un tramo de muro con caños de agua sirve para refrescarnos. Mas tarde aparece un desvío, donde sigue la carretera para ciclistas a la derecha y a la izquierda un camino de tierra para los peregrinos a pie. Aparece una pequeña bajada entre los árboles que sirven de antesala para un camino de tierra y piedras con gran pendiente. En este tramo lo mejor es usar el apoyo de bastones y tener cuidado con moscas y mosquitos al respirar, ya que puedes darte un atracón!
El camino no parece acabar haya llegar a la Faba, con su fuente esperándonos. Ya quedan menos de 5km y todavía faltan 500m de subida.
A partir de la Faba, el camino esta enclavado entre alguna pradera y abierto a nuestros ojos, al contrario que en los km anteriores metidos entre arboles, y el sol es más duro, el sudor más fuerte y las ganas de llegar más grandes.
Ansiamos la llegada al hito que indica el límite de Castilla y que nos invita a entrar en Galicia, a escasos 2 km de O Cebreiro, nuestro objetivo.
Un poco antes, en Laguna, una maquina de refrescos, como un espejismo, nos invita a tomar algo fresco y nos disponemos a sellar en el bar albergue, con un camarero (o propietario) muy muy borde.
Ya queda menos, un ultimo esfuerzo y aparece el mojón indicando que estamos en la provincia de Lugo, para escasos km llegar a la carretera, donde nos espera O Cebreiro.
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