El Gato Negro, es un lugar mítico en Santiago. Ya me lo recomendaron antes de salir, entre los lugares donde debía ir, por lo que estaba apuntado en la lista. no faltó mucho tiempo hasta que otros de nuestros compañeros de viaje, Alejandro, Fernando y Diego nos hicieron el comentario de quedar allí para comer. Finalmente, no les encontramos, por lo que nos hicimos un hueco en la barra, algo casi imposible, y pedimos algo suave: pimientos de padrón y empanadas y de beber, ribeiro de la casa, todo un lujo. allí nos encontramos a nuestros paisanos que encontramos en el albergue de Calvor, y no supimos nada de ellos, salvo que se quedarían en al albergue de Mercadoiro, hace ya algunos días.
Después de la comida, dando alguna que otra vuelta, coincidimos con los muchachos y esta vez sí, quedamos para cenar y para hacer el París-Dakar, esto es, empezar tomando vinos en el Bar París, y terminar en el Bar Dakar, pasando por todos los locales intermedios.
Una siesta profunda y una ducha reconfortante en el albergue, en el que ahora teníamos sólo a Diego de compañero, ya que no quedaban más camas, y a las 19.00 quedamos para tomar unas cervezas. Esta vez, sí que conseguimos mesa en el Gato Negro, y os comento que se come de lujo....el precio, es acorde a los precios de la capital Galega, quizá un poquito menos caro, pero de calidad exquisita. El aspecto del local, no es el que uno pueda esperar, hay que decir que es un local con mucha historia, y lo dejamos ahí, y en cuanto a la simpatía del personal, pues eso, el estándar gallego, pero igualmente, es un sitio donde se debe ir.
Para cenar, de todo: mejillones al vapor y en escabeche caseros, almejas, pulpo, pimientos, empanada....y ribeiro, mucho ribeiro.
Después de unas cervezas en otros bares, la noche toca a su fin. Mañana partimos de regreso.
vaya sexteto nos juntamos... que buen rato.
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