El albergue de Portomarín, no deja de ser un reflejo de lo que nos hemos encontrado fuera, gente que comienza el camino y se encuentra con su primer albergue, a lo sumo el segundo, sin comprender el funcionamiento del peregrino que nosotros asimilamos en Foncebadón al ver al resto y que hemos ido puliendo en el Camino; de esta forma, no se entiende que el de la cama de al lado te despierte para que le ayudes a poner las sábanas a las 23.00 o que grupos de gente comparta comentarios y risas a deshoras, es muy importante el respeto y la educación. Este pensamiento es compartido con el resto de peregrinos con los que hablamos ayer, tanto nacionales como internacionales; en este punto, se sabe quien lleva kilómetros a la espalda, y siempre da gusto escuchar sus vivencias.
Ante tal panorama, pese a que la etapa es corta, nos levantamos a las 6.00 para salir a las 6.30 evitando a las masas y pensando en desayunar en el primer pueblo que encontremos y que no llega hasta pasada una hora y media. Es un albergue en una aldea donde nos atienden de forma maravillosa y nos hace pensar que no es necesario hacer noche en el pueblo más grande para sentirse cómodo.
La mañana no es fría, y apenas nos encontramos niebla; el sol nos saluda durante el desayuno, estando el cielo despejado y ya son varios días, esperando que siga así lo que nos queda de aventura.
Las articulaciones resentidas, se toman un respiro en esta etapa casi llana y que discurre en su mayoría por caminos cómodos de tierra y hoy si que se puede disfrutar del paisaje, no se ve rastro de las muchedumbres de ayer y vamos recortando kilómetros al ritmo que nos vamos quitando mojones cada 500m.
Seguimos buscando en las aldeas alguna parroquia donde poder sellar nuestra credencial, pero se antoja imposible. No hemos sido capaces de encontrar ninguna parroquia abierta desde que entramos en Galicia, y en el día de hoy, realizamos 4 desvíos a aldeas para encontrarlas sin o tener recompensa; por el contrario, en los albergues que no estaban cerrados (dos solo) nos indican que sólo serán a quien pernocta en ellos. En el ultimo albergue en el que lo intentamos, antes de llegar a Palas de Rei, preguntamos que debemos hacer ya que no encontramos donde sellar, y nos dicen que esta norma es solo aplicable a los que empiezan andando en Sarria y n bici en Ponferrada, que para nosotros con sellar en albergue donde dormimos y que las parroquias de las aldeas están cerradas, que sellemos en la Iglesia de los pueblos grandes o ciudades como Sarria, Portomarín, etc.
Con estas, llegamos a las 12.30 al albergue siendo los primeros y esperando pacientemente la apertura de las 13.00, vemos a nuestros amigos de Portugalete de los que nos despedimos finalmente hasta otra aventura.
Hoy, el albergue municipal muy bien, limpio, con habitaciones pequeñas y el aseo unisex en la habitación. Hoy por estar tan cerca ya, decidimos darnos el lujo de poner la lavadora antes de ir a comer. Ya estamos en Palas de Rei
Para comer, un menú del día, y los lujos que tiene Galicia, pedimos pulpo a feira.
La tarde pasa apaciblemente después de una breve siesta y a la hora de cenar, estrenamos nuestra primera botella de ribeiro.
Mañana, nos espera el famoso pulpo en Melide, en la pulpería Ezequiel, y final de etapa en Arzúa.
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