lunes, 3 de septiembre de 2012

Quinta etapa

La etapa de hoy es cortita, para recuperar fuerzas. El perfil de la etapa no parece muy duro y tampoco hay nada interesante que ver en principio así que nos levantamos a las 6.00 para salir a las 7.00. Lo curioso, es que tras varios días de Camino, la técnica para hacer la maleta a oscuras, sin ruido y lo antes posible, ha mejorado mucho, y que tengamos varios lavabos en el albergue ayuda. Salimos finalmente a las 6.30 pensando en desayunar en el primer pueblo pasadas las 7.00, ante la sorpresa de que está cerrado lo que nos obliga a caminar en ayunas hasta Hospital da Condesa, donde el café con leche calentito mitiga el frío.


Continuamos el camino discutiendo si en el día de mañana seguiremos a Sarria dirección San Xil o dirección Samos donde hay una variante de la que comentan que tiene errores de señalización, pero igualmente merecería la pena ver por el monasterio de Samos. Nuestra limitación ahora es ver las distancias a las que están en los albergues.
Nos cruzamos con alguna subida muy dura, donde nos damos cuenta que pese haber descansado ya, la fatiga del día anterior persiste. De esta forma, subimos hasta el Alto do Poio.
Todo lo que nos espera ahora es bajada pasando por pueblos como Fonfría, O Biduedo, Filloval, etc.


Se nota que todos estos pueblos viven de la ganadería ya que sus calles se abonan todos los días como si fuera un huerto. Mirandolo por el lado bueno, el firme es más blando a las pisadas, ya que es imposible encontrar un recorrido que las salve todas. Las responsables de esto, las "rubias" con las que me hago la foto


Llegamos antes de las 12.00 a Triacastela, pensando en continuar, pero sin tener claro donde. Es entonces cuando coincidimos con nuestros amigos de Vizcaya que piensan continuar por el lado corto de San Xil, para quedarse cerca de Sarria. Ante nuestras dudas, siempre es más agradable el Camino acompañado, así que decidimos almorzar y acompañarles. Gran error. Finalmente, piensan quedarse en el albergue de Calvor, a 5 km de Sarria; como es tarde y nos encontramos muy bien físicamente, avanzamos a un ritmo fuerte, alguna subida dura, y el resto son bajadas por caminos, algún tramo de asfalto y muchos pequeñas parroquias y aldeas que ahora se hacen más frecuentes. No buscamos más sellados de credencial, ya que con los del primer tramo y el de Triacastela, son suficientes por hoy, pero si me gustaría recalcar, que aunque te obliguen a sellar en parroquias preferentemente, esto no siempre es posible ya que muchas permanecen cerradas y a horas con frecuencia de peregrinos.
Casi sin darnos cuenta, nuestro fondo físico se viene a bajo en los últimos momentos, cada parada o descanso para buscar sombra o beber agua de alguna fuente, es una tortura a la hora de reemprender la marcha; es mejor no parar para no perder el ritmo. Pasamos por poblaciones como A Balsa, San Xil, Montán, Furela, etc. hasta llegar al albergue de Calvor, aislado y en medio de la senda, un albergue de la Xunta con un aspecto de descuidado y lleno de insectos. Viendo que tan sólo estamos a 5km de Sarria, personalmente hubiese continuado ya que es una ciudad y tiene albergues suficientes como para no tener problemas, pero son las 16.00 y decidimos parar por hoy. A esto hay que añadir, que no hay ningún sitio para comer al lado, los que están cerca ya han cerrado hasta las 19.00, así que os escribo ahora mismo sin haber comido nada desde hace 7h y con 21,1km más 13,1km extra. 35km para descansar de la etapa anterior. Damos por concluida las maratones en este camino, habiendo ahorrado un día de viaje, optaremos por pasar la ultima noche en el Monte do Gozo y llegar a Santiago el domingo muy temprano y asistir a la misa.


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